PERFILES
La ECEP es una escuela confesional que recibe con mucha alegría a toda persona como alumno sin distinción de credo, religion, nacionalidad u otros y está abierta a la comunidad toda.
Sin embargo, ser confesional implica que su razón de ser, su fin último y su educación estará basada transversalmente, en nuestro caso, sobre la confesión religiosa Cristiana Evangélica y acorde a los principios bíblicos que dan base al Ideario institucional.
Por tal motivo, y siendo una elección voluntaria y personal ingresar a esta Institución, los padresy alumnus (aspirantes o ingresantes) a esta Institución, conocen y aceptan plenamente el funcionamiento institucional con la presentación del mensaje, credo, actividades y propuestas educativas volcadas durante el año, incluido el respeto y el espacio a la oración, los devocionales, momentos de reflexion que tan bien hacen al alma.
Aunque el padre o alumno no confiesen la misma fe que la Insitucional será un motivo de concordia y buena convivencia y darse un espacio a la reflexion,
Confesamos y profesamos el Mensaje de Salvación, el evangelio de Cristo y difundimos los contenidos cristianos de la Palabra de Dios, la Biblia. Con el apoyo espiritual de la Iglesia Cristiana Evangélica en Pilar, que sustenta los principios bíblicos Neotestamentarios de las Asambleas de los Hermanos.
Es el derrotero de la ECEP, que el alumno egresado del Nivel Secundario se halle muñido de saberes, que básicos en algunas materias como avanzados en otras, sirvan de herramientas para su vida cotidiana como asi para su vida laboral. Que haya podido transitar su adolescencia como etapa de vida con contención espiritual y emocional para formar un proyecto propio.
Tener el conocimiento intelectual, pero también la mejor de las virtudes: el conocer a Cristo como Señor y Salvador de su vida. Ésta sin dudas, será la mejor decisión que haya podido tomar una persona y el gran derrotero espiritual para nuestros alumnos. Por ser esta una decisión personal y de pleno respeto es que esperamos de lo más profundo, se pueda cumplir en todos.
El respeto, el orden, la disciplina, la puntualidad y prolijidad en el trabajo, el saber que los actos particulares tienen consecuencias, el estar preparados para la vida espiritual cristocéntrica, la vida científica, laboral, cívica, política, ética, moral y responsable es, incluso cuando estas características se entremezclen con su práctica laboral, el perfil que deseamos para nuestros egresados; que emigren a escalones académicos más altos y niveles de estudio superior y que estén preparados para formar sanas familias basadas en el modelo bíblico y divino, célula de la familia (un padre, una madre, hijos, y mutua fidelidad proveyendo para las necesidades del hogar) es parte también no solo del perfil del egresado sino de los augurios que esperamos para ellos.
Conocimiento en su mente, sabiduría en su corazón, destreza laboral en su físico, humanamente sano, espirituamente maduro, cognoscitivamente eficaz y Cristo en toda su vida, para decir que estamos “Haciendo al Hombre completo para Dios, para si y para la sociedad”.
Se requiere que el alumno que ingresa en el Nivel Secundario de la ECEP reúna las condiciones mínimas para poder desenvolverse en un ámbito académico acorde a su edad y nivel de estudio. Esto es que a nivel académico debe contar con saberes previos fuertemente arraigados y saberes de práctica coherentes tales como leer y escribir, defensa oral y verbal, conocer la lengua castellana, los mínimos que establezcan los estándares de lengua extranjera, matemáticas, etc.
De provenir de otro distrito o provincia, con sistema educativo distinto al vigente en nuestra Región 11 de la Provincia de Buenos Aires, el alumno debe demostrar por equivalencias, coloquios o lo reglamentado por la Superioridad, que se encuentra a nivel de poder desenvolverse en nuestra Institución. Tanto el alumno aspirante como su familia deben adherir de común acuerdo y por completo al Acuerdo Institucional de Convivencia, a la oferta educativa, y guiarse por los criterios básicos de conducta y respeto.
Por sobre todo, y más allá del ámbito académico, se busca que el alumno esté motivado al estudio, sea respetuoso en todo aspecto incluido uniforme, indumentaria, etc., que esté abierto a las enseñanzas de Educación Cristiana, respetuoso de los demás y sus características diferenciales y particulares.
El orden, la buena presencia, la conducta y el respeto es ante todo norma de cortesía y educación que deberá demostrar el alumno como su familia y responsables adultos.