
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la idea que tenemos a cerca de nuestra propia valía como personas y se basa en todos los pensamientos, sen-timientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida; creemos que somos “vivos” o no tanto; nos sentimos antipáticos o graciosos; nos gustamos o no.
Los millares de impresiones, evaluaciones y experiencias así reunidos se conjugan en un sentimiento positivo hacia nosotros mis-mos o, por el contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos.
Cómo se forma la autoestima
La autoestima se va desarrollando a lo largo de toda nuestra vida a través de las experiencias por las que pasamos. Si estamos con personas que no nos aceptan, que nos ponen condiciones para querernos disminuye la autoestima. Si nos valoran por nuestros logros, nuestra belleza, nuestra simpatía, nuestras posesiones seguramente no saldremos muy bien parados; aprenderemos a desvalorizarnos.
Además de los juicios de los demás, sobre nuestra autoestima influye la forma en que en nuestro diálogo interno interpretamos esas experiencias positivas y negativas que vivimos.
La baja autoestima está relacionada con una forma inadecuada de pensar acerca de nosotros mismos. Existen formas distorsionadas de pensar: son pensamientos de “autodevaluación” que deterioran nuestra autoestima.
Algunos ejemplos de estas distorsiones de pensamiento son los siguientes:
Sobregeneralización: A partir de un hecho aislado se crea una regla universal, general, para cualquier situación y momento. Un pequeño error puede ser interpretado como “todo me sale mal”. Un gesto de desaprobación de otra persona puede ser interpretado como “todo el mundo me rechaza”
Valoración global: Se utilizan términos peyorativos para describirse a uno mismo como persona global. No tener habilidad para un determinado tipo de tareas puede ser interpretado como “soy muy torpe” o “soy un fracasado” en lugar de decir “no se me da bien…”
Filtrado negativo: Nos fijamos sólo en lo negativo de una situación y no nos damos cuenta de lo que puede tener de positivo.
Autoacusación: Uno se encuentra culpable de todo. Tengo yo la culpa ¡Tendría que haberme dado cuenta!.
Lectura del pensamiento: suponemos que no le interesamos a los demás, que no les gustamos, creemos que piensan mal de nosotros…sin evidencia real de ello. Son suposiciones que se fundamentan en cosas peregrinas y no comprobables.
Cómo influye la autoestima en el comportamiento
Tendemos a comportarnos como la persona que creemos que somos, por lo que creemos que somos capaces de hacer. Por ejem-plo, si nos vemos a nosotros mismos como poco sociables no nos esforzaremos en intentar relacionarnos con los demás de modo que reforzaremos esa creencia negativa al no darnos la oportunidad de hacer nuevos amigos.
Dado que pensamientos, sentimientos y comportamientos se encuentran interrelacionados, la autoestima de una persona influye en cómo se siente, cómo piensa, aprende y crea, cómo se valora, cómo se relaciona con los demás y cómo se comporta. Re-cordamos que La autoestima es la idea que tenemos a cerca de nuestra propia valía como personas. Sentirse esencialmente cómo-do dentro de uno mismo, aceptarse tal y como uno es y quererse sin condiciones es esencial para la supervivencia psicológica y para la salud mental del individuo.
La autoestima se va desarrollando a lo largo de toda nuestra vida a través de las experiencias por las que pasamos y, por lo tanto, es posible favorecer las condiciones para que pueda formarse de manera adecuada en nuestros niños y jóvenes.
Queridos maestros, generemos en nuestros alumnos la confianza necesaria para poder potenciar todos aquellos aspectos positivos que tienen y pongamos énfasis en que aquellas conductas negativas o erróneas que presentan, pueden ser modificadas exitosamente bajo la mano y dirección de nuestro Dios.
Como así también situaciones dolorosas de la vida que hayan tenido que transitar, debemos anunciarles con gran alegría que en Cristo todas las cosas son hechas nuevas. No habrá vivencia por mas tremenda, vergonzosa, o devastadora que nuestro Dios no pueda sanar y restaurar. Seamos vehículos permeables y atentos a las necesidades de nuestros alumnos y que Dios nos llene de su luz para tener la palabra justa y oportuna para ayudar, contener y de esta manera hacer crecer espiritualmente a nuestros niños y jóvenes. ¿Estás dis-puesto a sumarte a este hermoso desafío?….
Extractado y publicado bajo permiso de Campo MIsionero, Julio 2014, Sección “Compartiendo con los maestros”, por Nora Elizabeth Tag de Raffaele, Psicopedagoga
Autoestima en la Adolescencia. Compleja etpa de crecimiento.
En esta oportunidad, respecto a la autoestima haremos foco en una etapa compleja del crecimiento como es la adolescencia.
Desarrollaremos los aspectos afectados e influenciados por la misma.
La adolescencia es uno de los periodos más críticos para el desarrollo de la autoestima; es la etapa en la cual la persona debe afirmarse para poder construir una identidad definitiva.
Es decir, saberse individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia un futuro.
Durante la adolescencia se manifiestan ciertos cambios a nivel socio-afectivo, físico y cognoscitivo, se desarrollan además la capacidad de reflexionar y pensar sobre uno/a mismo/a y de aceptar una nueva imagen corporal.
Al hacerlo, el o la adolescente se formula una serie de preguntas sobre sí mismo, por ejemplo “¿soy atractivo?” “¿soy inteligente?” “¿soy aceptado por mis compañeros?” Gradualmente empieza a separar lo que cree que es verdad sobre sí mismo de lo que considera erróneo, y a formularse sus propios conceptos sobre su persona.
Cuanto mayor sea la aceptación que se siente, tanto en la familia como en los compañeros, mayores serán las posibilidades de éxito.
En la adolescencia tanto el grupo familiar, el de la escuela, los amigos, los medios de comunicación contribuyen a moldear la autoestima. Pero en esta etapa se conjugan otros elementos, pues durante la adolescencia, la autoestima tiende a debilitarse.
Una buena dosis de autoestima es uno de los recursos más valiosos de que puede disponer un adolescente. Un adolescente con autoestima aprende más eficazmente, desarrolla relaciones mucho más gratas, está más capacitado para aprovechar las oportunidades que se le presenten, para trabajar productivamente y ser autosuficiente, y además posee una mayor conciencia del rumbo que sigue.
Y lo que es más, si el adolescente termina esta etapa de su vida con una autoestima fuerte y bien desarrollada podrá entrar en la vida adulta con buena parte de los cimientos necesarios para llevar una existencia productiva y satisfactoria.
Cómo afecta la autoestima a los niños y adolescentes
El nivel de autoestima influye en el desarrollo y desempeño de otras actitudes:
1. Condiciona el aprendizaje
El joven con poca autoestima, o también llamada autoestima negativa, está poco motivado e interesado en aprender, encuentra poca satis-facción en el esfuerzo porque no confía en sus posibilidades de obtener éxito.
Cuando valora y le da importancia a su capacidad para aprender, experimenta mayor confianza en sí mismo y puede desplegar esfuerzos tendentes al logro de sus objetivos.
2. Ayuda en la superación de dificultades.
El adolescente con autoestima positiva es capaz de enfrentarse a problemas y fracasos, porque dispone de la energía necesaria para confiar en superar los obstáculos.
3. Fundamenta la responsabilidad.
La confianza en uno mismo constituye la base para ser capaz de responder a las exigencias de la vida cotidiana.
4. Favorece la creatividad.
El niño que se valora y confía en sí mismo, puede explorar nuevas posibilidades, se arriesga con respuestas creativas y originales.
5. Posibilita la relación social.
El justo aprecio y respeto por uno mismo genera seguridad personal, dota de atractivo personal y facilita las relaciones con los demás en relación de igualdad, sin sentimientos de inferioridad o superioridad.
6. Determina la autonomía
El niño que se considera con adecuados niveles de autosuficiencia es capaz de tomar decisiones. Quien se acepta y se siente bien consigo mismo es capaz de enfrentarse a retos de forma independiente. Cuando el nivel de autoestima es bajo los niños son dependientes, in-capaces de tomar decisiones, sin opinión y sin criterio.
7. Afianza la personalidad.
El sujeto se siente seguro de sus posibilidades como ser independiente (seguro, confiado y autoaceptado) y como ser social (confía, valora y acepta a los demás).
Queridos maestros estemos atentos a las manifestaciones emocionales de nuestros adolescentes, ellos atraviesan un proceso de múltiples cambios y será importante que los alumnos cuenten con una mirada y escucha, por parte de sus maestros, interesada en sus necesidades.
Tratemos de hacer intervenciones que potencien las fortalezas de cada uno de ellos, partiendo de la premisa que no trabajamos con grupos homogéneos, sino que cada uno tiene una historia de vida única y particular.
Contamos con la hermosa realidad de un Cristo vivo, el cual tiene un plan, un propósito perfecto para cada uno de nuestros alumnos, y así lo debemos trans-mitir, ya que no hay dificultad, circunstancia por más extrema que sea, que escape a los ojos de Dios. Esta es una maravillosa y alentadora noticia.
“Estando persuadidos de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo” Filipenses 1:6
Extractado y publicado bajo permiso de Campo MIsionero, Agosto 2014, Sección “Compartiendo con los maestros”, por Nora Elizabeth Tag de Raffaele, Psicopedagoga
A continuación detallaremos indicadores que nos servirán para detectar la baja autoestima:
Actitudes o posturas habituales que indican autoestima baja
* Autocrítica dura y excesiva que la mantiene en un estado de insatisfacción consigo mismo/a.
* Hipersensibilidad a la crítica, por la que se siente exageradamente atacada/o, herida/o; hecha por la culpa de los fracasos a los demás o a la situación; cultiva resentimientos tercos contra sus críticos.
* Indecisión crónica, no por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.
* Deseo innecesario por complacer, por el que no se atreve a decir NO, por miedo a desagradar y a perder la buena opinión de los demás.
* Perfeccionismo, autoexigencia esclavizadora de hacer “perfectamente” todo lo que intenta, que conduce a un desmoronamiento interior cuando las cosas no salen con la perfección exigida.
* Culpabilización inadecuada por la que se acusa y se condena por conductas que no siempre son ob-jetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y delitos y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar nunca a perdonarse por completo.
* Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aún por cosas de poca im-portancia, propia del supercrítico a quien todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.
* Pesimismo generalizado. Todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo.
Cómo pueden ayudar los padres a desarrollar una autoestima positiva
Los niños necesitan un hogar feliz y seguro, donde disfruten de cierta libertad y donde existan normas y límites que rigen la convivencia.
Los niños necesitan sentir que son capaces de hacer cosas autónomamente y resolver sus pequeños prob-lemas, para ello la familia debe darles responsabilidades de forma gradual.
La familia debe manifestar satisfacción por los logros y avances del niño. Debe dispensar elogios mereci-dos ante las tareas de los niños.
La familia debe ayudar y enseñar al niño con orientaciones concretas ante sus dificultades, sin menospreci-ar los intentos frustrados del mismo.
Es necesario evitar las comparaciones: cada niño debe ser valorado por lo que es y lo que puede hacer.
El niño aprenderá con este ejemplo a valorar y sentir agrado por los demás, respetando las diferencias entre las personas.
La familia debe admitir los propios errores, porque para su seguridad, los niños necesitan aprender que a veces se fracasa y se cometen errores.
Es necesario proponer a los niños tareas de dificultad ajustada, que puedan realizar con éxito; ello generará confianza en las propias capacidades.
En la familia se debe fomentar el sentimiento de estar satisfecho con uno mismo”, generando en el niño los pensamientos de:
* “PUEDO HACER COSAS”
* “SOY IMPORTANTE”
* “PUEDO APRENDER”
* “PUEDO EQUIVOCARME”
Acciones que pueden debilitar la autoestima de los niños
Trata de evitar las siguientes acciones porque estas pueden afectar la autoestima de los niños.
Tener demasiadas o muy pocas expectativas de los niños.
Gritar o criticar demasiado, especialmente delante de otros.
Criticar a los niños más de lo que les elogias o agradeces.
Utilizar adjetivos como “tonto o flojo”, y descuidado con los niños.
Al cometer errores, decirles que han fracasado.
Sobreproteger o descuidar a los niños.
Acuérdate de lo siguiente
El comprenderte y aceptarte a ti mismo/a te sirve para comprender y aceptar a los demás.
La manera como tratemos a los niños y lo que les digamos puede fortalecer o debilitar su autoestima.
Los padres son las personas más importantes en la vida de los niños y cumplen una tarea importante cre-ando en ellos el sentido de la autoestima.
Los niños con autoestima muy baja son los que más necesitan tu ayuda y atención.
Escucha las conversaciones con tu hijo adolescente, no reacciones hasta que él no haya terminado. Proba-blemente aprendas cosas nuevas sobre él. El adolescente se siente más valorado cuando se le escucha atentamente.
Como maestros miremos a nuestros alumnos, de tal manera que ellos encuentren en nosotros confianza, alentémoslos, fortaleciendo y remarcando sus potencialidades y ayudemos a que se enfrenten con sus de-bilidades poniéndolas a los pies de Jesús.
Acompañemos a nuestros niños/jóvenes a enfrentar sus miedos, temores y vergüenzas, concientizándolos en todo momento que tienen un Dios que les da fuerzas, que los ayuda y que los sostiene. Desafiémoslos a vivir una vida cristiana bajo la poderosa mano de nuestro Señor, el cual los llevará de victoria en victoria a pesar de las circunstancias.
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te susten-tare con la diestra de mi justicia”. Isaias 41:10
Extractado y publicado bajo permiso de Campo MIsionero, Septiembre 2014, Sección “Compartiendo con los maestros”, por Nora Elizabeth Tag de Raffaele, Psicopedagoga